Inspirado en la novela de Benito Pérez Galdós “Fortunata y Jacinta” (1887), se define este síndrome como un tipo de relación afectiva que determinadas mujeres desarrollan repetidamente hacia hombres casados.
Fortunata, es una mujer de pueblo, inculta y muy franca, sería el homólogo a una mujer de barrio actual. Es bastante honesta al decir que aún tiendo experiencia con muchos hombres, piensa que Juanito Santa Cruz, aunque casado, no no deja de ser su auténtico amor y alguien por quien daría hasta la vida.
No obstante, no nos referimos a una enfermedad o a un cuadro psicopatológico, sino a una forma concreta de dependencia emocional en la caen algunas mujeres y que se caracteriza por un amor incondicional hacia un hombre con un compromiso adquirido previamente.
Ala en 2011 describió, en estas mujeres, actitudes desapegadas en cualquier relación que no sea la que tienen con ese hombre, disposición a abandonar todo si ese hombre se lo pide y deseos intensos de tener hijos con él. Este psicólogo fue quien acuñó por primera vez este término y nos describe más detalladamente, las principales características de este síndrome:
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Sensación de amor intenso hacia un hombre casado: Este sentimiento se caracteriza por ser profundo, insistente e imperecedero.
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Desapego en relaciones con otros hombres. La mujer se muestra fría e incluso insensible en las relaciones que mantiene hacia el resto de los hombres.
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Posibilidad de abandonarlo todo si ese hombre se lo pide.La dependencia se vuelve tan intensa que la mujer podría asumir cualquier riesgo si ese hombre se lo pidiera.
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Pensamiento de que si no se está con ese hombre, la vida no tiene sentido. Existe la creencia de que la vida no merece la pena vivirla sin él.
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Creencia de que ella es quien debe estar con ese hombre y no su mujer y que tiene más derecho que la propia mujer.
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Si han tenido hijos juntos, se agrava la sensación anterior. En el caso de no haberlos tenido, manifiesta el deseo de concebirlos y se centra en conseguirlo.
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La mujer suele manifestar sentimientos contradictorios hacia la esposa socialmente reconocida, en ocasiones de empatía y comprensión y otras de rencor, desprecio y rechazo.
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Responsabiliza al amor de esta situación y de que éste es el responsable de la situación que vive.
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Pensamientos fantásticos e ilusorios de futuro conjunto con ese hombre, tiene ensoñaciones en las que imagina que algo sucederá para cambiar la situación y llegar a contraer matrimonio con él.
Siempre he pensado que las mejores historias de amor (o por lo menos las más famosas) terminan con alguien defraudado, herido o muerto…
Quiero finalizar este post con una pregunta:
¿Eres Fortunata o Jacinta?
Soy María Valentina Maldonado y estudié Psicología en Barquisimeto, después hice un postgrado en Psicología Clínica en Caracas (Universidad Central de Venezuela).
Estudiar Psicología en Caracas fue todo un reto, pues vengo de una ciudad pequeña y no me sabía manejar aquí, sin embargo pude aprender mucho sobre los problemas más frecuentes de la mente humana: Ansiedad, depresión, problemas de pareja. También entiendo que la sociedad venezolana está atravesando tiempos difíciles y como psicóloga en Venezuela debo asumir la responsabilidad de colaborar en la reconstrucción de la psique colectiva.
Enseñar a mis pacientes a combatir la ansiedad, depresión, incertidumbre y problemas existenciales ha sido muy satisfactorio.
La Psicología en Venezuela y los psicólogos en Caracas tenemos una ardua labor para ayudar al venezolano a combatir la ansiedad.